El día que nos llegó el barco

En 1948, Cozumel languidecía.  El “boom“ del chicle era una memoria distante, la base aérea americana dejó de materializarse, y la cantidad de buques que paraban en el muelle era la mas mínima en la historia de la isla. Los tiempos eran difíciles. Pero las cosas estaban a punto de cambiarse. El barco de la suerte estaba por llegar.

The Cargo Ship Narwal

 

El 13 de febrero de 1948 el carguero “Narwal,” en su camino hacia el norte desde Puerto Barrios, Honduras a Mobil, Alabama con una carga de plátanos, sufrió una avería de motor y pegó el arrecife en Ixpalbarco, en la costa este de Cozumel. Mientras unos de la tripulación permanecieron a bordo del buque tullido, el resto caminaron los 20 kilómetros a la ciudad, donde fueron hospedados en los cuartos del antiguo Hotel Playa, un hotel que había sido construido por el gobierno estatal, pero se había cerrado hace años por falta de negocios.

El dueño del buque, el americano Sr. Charles Fair, voló a Cozumel para supervisar la operación de rescate y mientras estaba aquí se enamoró de la isla. Cuando era tiempo de marcharse, prometió enviar a un amigo a Cozumel para escribir un artículo sobre el paraíso que encontró cuando perdió su barco. Unos años más tarde, en 1953, el escritor, John Richard (Dick) Humphreys, llego a Cozumel y se quedó durante una semana en el Hotel Playa, que fue otra vez sacado del retiro para alojar a un invitado inesperado. Gustando lo que vio, Humphreys realizó que se necesitaría más tiempo de lo previsto para explorar la isla correctamente. Entonces volvió a los Estados Unidos, y planeó regresar a Cozumel más tarde para una estancia mucho más larga. Cuando volvió a la isla, alquiló una casa de tres dormitorios en la esquina del Malecón y Calle 8 Norte y se quedó durante un mes, explorando Cozumel y conociendo a su gente. Él escribió sobre la amabilidad de los Cozumeleños, el bajo costo de la vida en la isla, el agua cristalina, los ricos mariscos, y el estilo de vida idílico.

Humphreys tardo hasta 1955 para encontrar una revista que publicaría el artículo, pero la revista que encontró era una de las mas fuertes en Estados Unidos; Holiday Magazine, la revista de la Asociación Automovilística Americana, que tenía a más de tres millones de suscriptores. Cuando el artículo apareció en la edición de agosto de 1955, la estampida empezó.

Las agencias de viajes en Mérida fueron hundidas con turistas americanos que competían para los asientos de 10 dólares en el vuelo del DC-3 de TAMSA, que sólo volaba a la isla cada dos días. Al medio de septiembre de 1955, alrededor de 25 americanos por semana llegaban a Cozumel. Por el final de septiembre, el número había crecido a 60 por semana. El problema era, una vez que llegaban a Cozumel, tenían pocas opciones a donde hospedarse. ¡No había ningún hotel!

Las familias Joaquín y Barbachano actuaron rápidamente a restaurar y volver a abrir el viejo Hotel Playa. Inmediatamente después, Ilya (William) Chamberlain, un americano nacido en Inglaterra, abrió otro. El hotel de Chamberlain, el Mayaluum (donde se encuentra la tienda el Tucán hoy en día), era realmente la misma casa de tres dormitorios que Humphreys había alquilado antes. Dentro de poco Chamberlain había ampliado su hotel para incluir la propiedad de al lado.

Cuando Humphreys volvió a Cozumel por la tercera vez en 1958, fue asombrado por los cambios. Fue saludado cariñosamente de cada quien se encontró, agradecido profusamente por su ayuda en sacar la economía de Cozumel del basurero, y le dieron la bienvenida a casa como un héroe. Los nuevos hoteles y las casas de huéspedes crecieron como hongos, contando con 12 nuevos bungalós en la Playa San Juan asi que el hotel El Isleño del Sr. Barbachano, (ahora Cinco Soles), del otro lado de la calle, frente al hotel Mayaluum. Sumando cada cama disponible, Cozumel era capaz ahora de alojar a casi 100 turistas por día. ¡La era de turismo había alcanzado a la isla, y entonces, como aclaro la edición 1958 de la revista Visión, “Cozumel se Acapulciza!”

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